CARACTERÍSTICAS DE LA EXPLOTACIÓN

En la filosofía de prevención de riesgos, lo primero sería evitar el riesgo, y en caso de no poder hacerlo, proteger frente al mismo.

Hay cuatro puntos sobre los que centrar la atención, en cuanto a prevención:

  • equipos
  • características de la explotación.
  • epis
  • personal

CARACTERÍSTICAS DE LA EXPLOTACIÓN:

Es importante no perder de vista la idea de que la prevención, tal y como define la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, empieza desde la fase de proyecto de los trabajos. Por tanto, además de responsabilidad de quien ejecuta los trabajos, debe ser apoyada por quien los planifica desde la fase de proyecto, teniendo en cuenta criterios de prevención para evitar futuros riesgos en su posterior fase de ejecución y por quien los marca y supervisa, refiriéndonos en este caso al guarderío forestal. Es por tanto importante fomentar la comunicación entre las partes, con un objetivo común: la reducción de la siniestralidad en los trabajos forestales.

Además de la Evaluación general de riesgos de que dispongamos, realizada con nuestra colaboración por parte de nuestro servicio de prevención, es especialmente relevante hacer una pequeña evaluación in situ, previa al inicio de los trabajos una vez tenemos definido el tajo. Es importante conocer el entorno de trabajo, ya no sólo desde el punto de vista operativo, de ejecución de los trabajos, sino también para poder valorar y reducir los riesgos derivados en cada tajo, ya que no hay dos montes iguales.

Se trata de una actuación que en general todos hacemos mentalmente cuando entramos por primera vez en el tajo, revisar las pistas, ver los puntos de mayor riesgo, cargaderos, volvederos, zonas de especial riesgo en el tránsito de las máquinas, vías de escape, zonas sin cobertura, etc… pero que conviene dejar por escrito, y comunicar al resto de trabajadores con los que compartimos riesgo, a fin de favorecer reacciones ágiles y eficaces en situaciones de riesgo.

Algunos de los aspectos que se deberían incluir en esa pequeña documentación y reunión informativa con los compañeros de tajo:

  • Situación del monte, coordenadas.
  • Puntos de entrada, vías de escape en caso de emergencia.
  • Zona de reunión en caso de emergencia, puntos con cobertura, dónde se dejan las llaves de los vehículos, botiquín, teléfonos de emergencia, centro sanitario más próximo…
  • Evaluación específica de riesgos en el tajo: identificar posibles puntos conflictivos y sus riesgos.
  • Señalización de la zona de trabajos en curso.

Es especialmente interesante y recomendable, una vez identificadas las zonas más problemáticas y los mayores riesgos potenciales, ponerlos en conocimiento de la Administración en el caso de lotes públicos, a través del Acta de entrega consensuada con el guarderío, para aquellos riesgos derivados de la situación del monte o sus infraestructuras, que puedan ser reducidos mediante colaboración entre las partes.

Entre los puntos que se pueden tener en cuenta en esta comunicación estarían, entre otros:

  • Presencia de árboles engarbados.
  • Presencia de pies marcados, o no marcados en los que se observe se pueden generar situaciones de peligro, algunos ejemplos:
    • falta de espacio en la caída, o en la ruta de escape.
    • pie marcado en punto de extrema pendiente que genera especial situación de riesgo en su apeo
    • pies no marcados que puedan generar riesgos en otras operaciones, por ejemplo, pie que invade la pista haciendo que el camión deba pegarse en acceso a la zona de terraplén incrementando el riesgo de vuelco del mismo etc…
  • Cargaderos en puntos con peligros extra, como puede ser el paso de un cable de alta tensión en la zona de carga de la grua del camión.
  • Cargaderos o volvederos de superficie insuficiente que puedan generar situaciones de peligro en las maniobras, por ejemplo por pendiente.
  • Zonas de la pista con riesgo añadido, por pérdida de firme u otros.
  • En general todas aquellas situaciones, que al visitar el monte “saltan a primera vista”.

En el caso de encontrarnos con situaciones de riesgo a medida que avanzan los trabajos, es recomendable señalizar la zona y contactar con el guarda, a fin de acordar qué medidas tomar entre ambas partes.

Por otra parte, como decimos, debemos tener en cuenta, que ni hay dos montes iguales, ni todas las épocas del año presentan los mismos riesgos en la ejecución de nuestros trabajos. Debemos dejar bien definido y explicado a los trabajadores qué hacer en supuestos como:

  • Lluvia torrencial, tormenta eléctrica, cuándo se puede trabajar, cuándo parar.
  • Condiciones extremas de nieve, viento, calor…
  • Agentes biológicos: trabajos en zona de procesionaria, garrapatas…

Otro punto de gran interés a tener muy en cuenta es el de la señalización de los trabajos en ejecución. El monte está frecuentado no solo por quien hace los trabajos de explotación, sino por excursionista, recolectores de setas, cazadores, y público en general que puede verse sometido a situaciones de riesgo derivadas de nuestros trabajos.

Por ello, aparte de adecuada labor de concienciación a todos estos “gremios”, no objeto de este post, pero que no debemos olvidar, es responsabilidad de quien ejecute los trabajos de explotación, la correcta señalización de los mismos, así como controlar en el tiempo que dure la misma su continuidad y reposición en caso necesario.

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