Formación al guarderío forestal sobre marcación de árboles siguiendo pautas de seguridad laboral.

 

El pasado 17 de diciembre tuvo lugar en Tudela la primera sesión de los cursos de formación dirigidos al guarderío forestal, una de las actividades incluidas dentro del Subprograma de Reducción de Accidentes en el Sector Forestal 2017-2020, en el que ADEMAN colabora, de la mano del Servicio de Medio Natural y la Sección de Guarderío Forestal del Gobierno de Navarra, el ISPLN, Central Forestal e Inspección de Trabajo.

Está previsto que acceda  aesta formación toda la plantilla de guarderío forestal, así como los técnicos que puedan estar interesados, entre finales de 2018 y a lo largo de 2019.

La formación consiste en una jornada teórica en aula y otra práctica en monte, sobre itinerario previamente preparado por el formador, para ver ejemplos sobre el terreno y debatir posibles alternativas de marcación teniendo en cuenta aspectos de seguridad en los trabajos del maderista. Se dividirá cada grupo en dos subgrupos, para la jornada en monte.

 

El objetivo de esta actividad es inculcar en la fase de marcación pautas para mejorar la seguridad y reducir los riesgos posteriores en la fase de aprovechamiento.

 

Se pretende con estos cursos tratar de poner a quien hace las marcaciones en el monte en la piel de quien posteriormente corta la madera, para, conociendo los riesgos con los que el maderista se puede encontrar al acometer la corta de los pies marcados, tratar de reducirlos en la medida de lo posible en la fase previa al aprovechamiento.

El curso no pretende definir, influir o modificar en absoluto los criterios selvícolas de marcación establecidos por parte de los técnicos, acordes a una política y gestión forestal definidas y con una orientación concreta, ni determinar criterios de seguridad en el desarrollo del trabajo del guarda en el señalamiento en sí, ni enseñar al guarderío cómo debe hacer su trabajo, sino tratar de mostrar al guarda cómo las acciones y decisiones tomadas durante la fase de marcación influyen en el trabajo posterior de aprovechamiento y en su seguridad, tratando de que a la hora de marcar se tengan en cuenta a qué posibles riesgos se pueden estar exponiendo quienes entran a continuación a realizar el aprovechamiento.

No debemos olvidar que según la Ley de Prevención de Riesgos Laborales  la gestión del riesgo se inicia desde la fase de diseño. Esto nos permite modificar aspectos previos, para reducir riesgos. Por tanto, debemos conocerlos, y es lo que pretenden estos cursos:

 

  • Evaluar los factores de riesgo en los trabajos.

  • Ver cómo afectan estos al trabajador.

  • Conocer los mecanismos sobre los que se puede actuar para reducir los riesgos.

  • Saber cómo identificar posibles medidas correctoras.

  • Aplicarlas.

En concreto, se pretenden trabajar los siguientes aspectos:

1. Conocimiento técnico:
  • Evaluar situaciones futuras derivadas de cada operación.
  • Analizar las circunstancias a las que se enfrentará el operario que deba realizar la tala de ese árbol.
  • Evaluar posibles factores de riesgos presentes e inherentes a las características del árbol.
  • Conocimiento básico del comportamiento físico-mecánico de las maderas.
  • Conocimiento elemental de las técnicas apropiadas para las situaciones básicas de trabajo.
  • Conocimiento elemental de las herramientas auxiliares más apropiadas para las situaciones básicas de trabajo.
  • Conocimiento elemental de las implicaciones del mantenimiento de los equipos de trabajo en la seguridad.
  • Desarrollar los criterios necesarios para anticiparse en la toma de decisiones.
  • Ejecución correcta del afilado de una cadena.
  • Diagnóstico de los sistemas de seguridad del equipo de trabajo.
2. Criterio de selección:
  • Desarrollar unos criterios básicos para la elección del árbol a señalar, teniendo en cuenta la compatibilización de los criterios selvícolas y de seguridad.
  • En casos extremos ser capaces de evaluar y adoptar decisiones que antepongan la seguridad del personal.

 

3. Evaluación de las circunstancias de trabajo y los factores específicos de riesgo:
  • Desarrollo de criterios de evaluación de las circunstancias de trabajo relevantes para la seguridad y correcto desarrollo del mismo. Ser capaces de aplicar las medidas correctoras necesarias y adecuadas.
  • Desarrollo de criterios para determinar las zonas seguras de trabajo y el correcto posicionamiento a la hora de desarrollar las operaciones de tala.
4. Autoprotección y protección colectiva:
  • Aplicación de los criterios y medidas oportunas para mantener la seguridad propia, así como la del resto de personal y posibles transeúntes en el área de trabajo. Adquirir unos criterios básicos de señalización y/o balizamiento de zonas de riesgo.

 

 

Contenido del primer grupo en formarse: zona de Tudela.

 

Tras una introducción sobre la evolución de la prevención a lo largo de la historia, se comentaron puntos que afectan a la empresa en la explotación, que se deben tener en cuenta:

– EPI OBLIGATORIOS
– PLAN DE EMERGENCIA: recoger en él aspectos como:
  • Planos del lugar.
  • Teléfono de emergencias.
  • Otros teléfonos de interés.
  • Puntos de reunión.
  • Responsable de la empresa/zona.
  • Centro médico más próximo.
  • Plan de actuación en caso de emergencia: con información como pautas de evacuación, investigación de accidentes, etc.
– EVALUACIÓN DE RIESGOS: CÓMO PUEDE COLABORAR EL GUARDERÍO

Existe una evaluación genérica para la empresa, con el SPA, en función de su actividad, pero lo óptimo es realizar una específica en cada tajo. Además, debe ser útil, para lo que tendremos que asegurarnos de que sea dinámica y continua. Se debe tener presente, de cara a la prevención, de continuo: actuar, tomar decisiones, corregir.

Debe contar con cartografía adecuada, bien señalizada, con información de interés como:

  • Puntos críticos en cuanto a riesgos:
    • presencia de simas: será necesario señalizar o incluso balizar.
    • árboles enfermos: la dirección de apeo se ve limitada, debiendo ir en dirección a la madera sana, ya que es la forma de saber realmente cómo se va a comportar el árbol en cuanto a caída.
    • ramas colgadas sobre los accesos: habrá que quitarlas al inicio de los trabajos para evitar riesgos.
    • zonas de escorrentía que pueden reblandecerse y suponer mayor riesgo si llueve… y en general, riesgos.
  • Riesgos preferentes sobre los que hay que actuar.
  • Puntos de acopio.
  • Salidas, vías de evacuación a centro de salud.
  • Puntos con cobertura.

Lo óptimo sería que toda esta información pudiese estar informatizada y saliese de la máquina trabajando conforme va avanzando. Somos conscientes de que es aún poco viable.

Existe otra cuestión importante en cuanto a riesgos en las explotaciones forestales, y es la convivencia de los distintos usos del monte, el maderista en su trabajo se encuentra con:

  • Interferencias con otros usos del monte: caza, ciclismo, turismo en general…
  • Dificultades en la comunicación con ellos: señalización de los trabajos. No está normalizada; no existe una normativa concreta y específica sobre qué señalización debe utilizarse y en qué puntos. Resulta insuficiente, no hay limitación en los accesos al monte, se puede entrar por cualquier punto, no es como una empresa al uso. Sería interesante normalizar la señalización forestal.

 

El Guarderío forestal puede tener un papel muy activo en esta fase, aportando información sobre los puntos en cada monte por donde se sabe que tradicionalmente accede la gente, y aportando información en general sobre los aspectos que acabamos de comentar, que conocen mejor que la empresa, por moverse siempre en esa zona concreta.

– FACTORES DE RIESGO EN LA EXPLOTACIÓN; QUÉ HACER
  • Orografía: no se puede influir, sólo adaptar nuestros medios al terreno en el que trabajamos. Factores de riesgo asociados:
    • Deslizamientos por pendiente positiva o negativa.
    • Rotaciones por pendiente.
    • Ballestas por pendiente u obstáculos.
    • Otros.
  • Climatología: lo mismo, no se puede influir.
  • Densidad de la masa: en inicio no se puede influir, nos encontramos con la masa que existía, si bien es cierto que desde la primera vez que se entra en el monte, ya se trabaja para controlarla. Factores de riesgo asociados:
    • Respuesta a la interferencia de copas.
    • Árbol colgado, enganchado, cucu o txela.
    • Ballestas de apoyo.
    • Palancas por obstrucción.
    • Otros factores.
  • Especie: nos encontramos con la que hay, no podemos influir. Factores de riesgo:
    • Respuesta físico-mecánica a las tensiones.
    • Factores determinados por el estado vegetativo.
    • Factores determinados por las características de la copa.
    • Otros.
  • Estado fitosanitario: no podemos influir, nos encontramos con lo que hay al entrar. Factores de riesgo:
    • Pudriciones internas.
    • Árbol quemado.
    • Árbol seco.
    • Árboles derribados por viento o nieve.
    • Árboles con guías o ramas partidas (fabricaviudas).
    • Otros factores.
  • Tipo de aprovechamiento, en función del previsto, tendrá distintos riesgos asociados:
    • Cortas por aclareo en distintas fases.
    • Cortas a hecho.
    • Aclareos mecanizados.
    • Aclareos semimecanizados.
    • Aclareos manuales.
    • Condicionantes del método de extracción.
    • Condicionantes en función del producto.
  • Fisiología del árbol: influye mucho a la hora de tirar el árbol.

En estos riesgos no se puede  intervenir sobre el factor en sí, pero sí adoptar ciertas decisiones durante la fase de señalamiento, que contribuirán a minimizar los riesgos con lo que se encuentre posteriormente el maderista al ejecutar los trabajos.

Puntos clave de la fisiología del árbol: las distintas especies tienen distinta fisiología y por ello, distinto comportamiento en el momento de su corta.

  • Albura y duramen que componen la madera: no se van a comportar igual las masas en función de la proporción de uno y otro que tengan. Las coníferas tienen la transición entre ambas partes más homogénea que las frondosas.
  • Tipo de fibra: las coníferas las tienen más cortas que las frondosas, lo que influye en la cohesión de la madera, es mayor en coníferas que en frondosas.
  • Crecimiento del árbol: se ve sometido a influencias que le hacen generar estructuras de compensación, madera de reacción, que determina el comportamiento del árbol a la hora de tirarlo. Se trata de un factor muy importante a tener en cuenta, para reducir riesgos y evitar accidentes.
    • Frondosas: la madera de reacción se genera en la zona de tensión. En esa zona los anillos estarán más separados, el árbol reacciona a la tensión creciendo más rápido en ese punto, lo que lleva a una menor cohesión entre las fibras.
    • Coníferas: reaccionan a la inversa, la madera de reacción se genera en la zona opuesta al punto donde se produce la tensión, se genera la reacción en la zona de compresión, reforzando el árbol con un mayor crecimiento de las estructuras del lado contrario a aquel de donde llega la fuerza externa.

Esto ocurre por viento, pendiente, incluso en ramas, por acopio de nieve etc.

 

Como consecuencia, en el momento de tirar el árbol, habrá que tener en cuenta que está sometido a distintos esfuerzos, que van a derivar en reacciones en el momento de cortar. Habrá que gestionar dichos esfuerzos para prever esas reacciones.

 

Es por tanto fundamental identificar las zonas de tensión y compresión del árbol para:

  • Poder predecir hacia dónde va a caer. Tener en cuenta que la ruta de escape debe ser siempre a 45º con respecto a la dirección de caída, hacia detrás del árbol.
  • Que no atrape la espada.

e identificar el riesgo para poder planificar el trabajo.

Hay otras tensiones como la torsión, o la cizalladura, que producen reacciones, roturas violentas, y que originan:

  • Árboles cucos (enganchados): nunca deberemos tirar otro sobre ese para intentar desengancharlo. Se procede con skider.
  • Silla del barbero: típico de frondosas, raro en coníferas, salvo que el árbol esté enfermo.
  • Fabrica-viudas: ramas colgadas que en cualquier momento ballestean, con gran riesgo de accidente.

Los árboles muertos son peligrosos de tirar y selvícolamente puede ser criterio dejarlos para biodiversidad, por lo que no se deben tocar.

La segunda parte de este curso consiste en una sesión práctica, donde ver in situ estas situaciones, cómo gestionarlas y cómo prevenirlas, prevista para este grupo  los días 17 y 19 de diciembre. Se realizará sobre un recorrido previamente preparado en Sabaiza, y los grupos verán situaciones específicas que ocurren en el apeo, y se debatirá sobre cómo se podrían reducir los riesgos teniendo en cuenta estos aspectos en la fase de marcación.

 

 

Share This