El objetivo de esta actividad es inculcar en la fase de marcación, pautas para mejorar la seguridad y reducir los riesgos laborales posteriores en la fase de aprovechamiento.

 

A lo largo de este último trimestre de 2019 se ha completado la formación a más de 100 personas de guarderío forestal y técnicos del Departamento programada en 2018, sobre criterios de seguridad en las marcaciones forestales.

La finalidad de estos cursos ha sido proporcionar unos criterios que permitan realizar una gestión del riesgo desde la fase de diseño de los aprovechamientos y poder adoptar medidas correctoras a lo largo de todas y cada una de las fases de ejecución de los trabajos.

 

Para ello, se plantearon los siguientes objetivos:

  • Evaluar los diferentes factores de riesgo durante las labores de apeo de arbolado.
  • Conocer de qué manera afectan al riesgo los diferentes factores contextuales que plantea el trabajo de apeo de arbolado.
  • Determinar cuáles son los mecanismos que permiten actuar sobre los factores de riesgo para su gestión y control.
  • Identificar las posibles medidas correctoras aplicables.
  • Aplicar las medidas correctoras en función de nuestro desempeño en la cadena de trabajo.

 

En total se han impartido cinco tandas de formación, adaptándose a las distintas Comarcas, y buscando que los grupos de participantes no resultasen excesivamente grandes. Cada curso ha contado con una sesión teórica para todos, y una práctica, para lo que a su vez se desglosó cada grupo en dos, de modo que fuese más aprovechada la formación en monte.

Tras la experiencia del primer curso impartido en 2018 y recibidas las evaluaciones de sus participantes, se procedió a reajustar la sesión teórica, tratando de adaptarla al máximo al ámbito práctico, apoyándose el formador en vídeos con los que exponer diferentes situaciones de riesgo, para su discusión posterior en el aula.

En 2019 se ha retomado la formación con el segundo grupo, de la Zona Sakana-Bidasoa, visitando en la sesión práctica aprovechamientos previstos en Irañeta y Beramendi. Los otros grupos a los que se ha impartido la formación han sido Roncal, Comarca de Pamplona y Zona Urbasa.

Ademan participó en la sesión práctica de lrañeta y Beramendi, el pasado 4 de octubre.

En esta sesión como primer ejercicio se acometió la marcación en un hayedo con roble, donde el criterio aportado por el técnico era favorecer la regeneración del roble. Con esta premisa, los pies previamente enumerados con una chapa y los límites del lote definidos, los participantes recibimos un estadillo, en el que debíamos marcar aquellos pies que considerásemos debían ser eliminados. Además, en el apartado de observaciones, debíamos anotar toda aquella puntualización o información que considerásemos de interés relacionada con cuestiones de seguridad del aprovechamiento, para comentar en la puesta en común posterior.

El objetivo de este ejercicio era que cada participante acometiese la marcación, tras la sesión teórica anterior, visualizando el trabajo posterior del maderista, y planteándose a qué situaciones de riesgo podía enfrentase este en función de las decisiones que tomásemos al marcar.

Finalizado el tiempo para marcar, el formador recopiló los estadillos, para hacer una puesta en común y discutir sobre aquellos pies que claramente no suponían riesgo, aquellos que claramente podrían dar problemas en caso de ser marcados y hacer en grupo una nueva revisión de la masa, debatiendo sobre pies concretos que se consideraba interesante analizar, comprobando por un lado, que es importante tener en cuenta estos criterios de seguridad al hacer la marcación, y también que muchos de los riesgos existentes pueden ser correctamente gestionados por el maderista con una correcta técnica de apeo.

Como muestra de esta segunda afirmación, en el segundo lote, en Beramendi, se escogió un ejemplar a derribar, trabajo que acometió el formador con el objetivo de explicar in situ qué técnicas son las correctas, qué situaciones se pueden dar y cómo solventarlas, en función de la disposición de la masa, del pie en concreto, de sus zonas de tensión y otras posibles características y del propio maderista.

Aspectos como la pendiente, la dirección de crecimiento y dirección natural de caída del árbol en función de esta y las tensiones a las que se encuentra sometido, la disponibilidad de hueco para no quedar enganchado en la caída, la gestión de pies bifurcados, huecos o con pudriciones etc. son esenciales a considerar para identificar riesgos y fueron algunos de los ejemplos que pudimos discutir durante la sesión práctica.

Se comentó también en esta jornada la importancia que tiene que las partes se comuniquen, como una herramienta más para controlar los riesgos.

Como ejemplo, en uno de los lotes pasaba por la zona una cañada real. Esto supone tránsito continuo, donde no se puede restringir el paso. El riesgo de gente ajena al aprovechamiento circulando por éste es elevado, habrá que tener bien presente este punto de cara a reforzar la señalización de los trabajos. Sería muy interesante que este tipo de información estuviese incluida en los pliegos, incluso, que el guarderío hiciese un recordatorio en el propio acto de entrega del monte.

Otras situaciones que el maderista puede no conocer y donde el guarda puede aportar información de gran utilidad es la presencia de puestos de caza, o si se trata de una zona de recogida de setas, o frecuentada por excursionistas o rutas de bici o la existencia de simas, regatas, línea de alta tensión… y en general todos aquellos elementos que se considere deban ser tenidos en cuenta en aras de mejorar la seguridad en los trabajos.

De especial importancia es también la evaluación específica de riesgos en el tajo que el maderista debe acometer antes de iniciar su actividad.

Esta formación es una de las medidas previstas dentro del Subprograma de reducción de accidentes en el sector forestal 2017-2020, promovido por el ISPLN y el Grupo de Trabajo de Seguridad Forestal, junto con los talleres impartidos a los Servicios de Prevención Ajenos, talleres para el guarderío forestal, o los cursos de Recurso Preventivo impartidos a las empresas de aprovechamientos forestales a lo largo de estos años, concluyendo que en la seguridad forestal todos los agentes podemos tener nuestra pequeña aportación.

Nuestro agradecimiento desde Ademan a Arpana Formación Forestal, que se ha esforzado en cada sesión por adaptar los contenidos de forma que resultasen lo más prácticos posibles para los asistentes.

 

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